Sobre el discurso del Canciller cubano en la XXII Cumbre de los Países Iberoamericanos
Hace rato que Cuba, junto a Ecuador, Bolivia, Argentina y Venezuela actúan de forma conchuchada en la política exterior para sabotear sutilmente toda gestión, acuerdo, asociación o postura que se aparte de la línea sectaria, anti democracia convencional, anti estadounidense, pro capitalismo de estado (o mejor de élite ideológica), que supone ese caudillismo autoritario de nuevo tipo bautizado "Socialismo del siglo XXI".
La Cumbre Iberoamericana de este año, tan cara al bueno de su majestad don Juan Carlos, no fue excepción. Si bien el presidente de Bolivia acudió, digo yo más entusiasmado por jugar un partido de fútbol en Cadiz que por el evento oficial; y Correa, el divo de los medios, hizo acto de presencia y se dió el gusto de cuestionar la libertad de prensa en la televisión pública de España, tanto Cuba, Argentina como Venezuela empezaron enviando delegados de menor rango para ningunear la Cumbre , que no es "cumbre" si no están los jefes de estado. Pero nos ocupa la pieza oratoria de Brunito, el canciller que da la cara por el gobierno de la Habana en la mayoría de los eventos oficiales en el exterior.
Haciendo click con el mouse encima de la pieza oratoria se puede "disfrutar" un vídeo de 9 minutos y la trova del canciller cubano en Cádiz. La figura de esta entrada resume en lenguaje caricaturesco de globos de "muñequitos" (comics) algunas esencias del discurso.
Empezó con la versión fidelista-oficial de la historia de Cuba. Para atravesarse en la oportunidad y el lugar -como el curro del cuento- enfatizó la influencia que tuvieron la revolución de Norteamérica, Haití y Francia en el espíritu republicano de nuestra isla por encima de la constitución de Cádiz, de la que se conmemoraba el bicentenario, para su mejor desmerecimiento. No faltó ni el reproche al pasado colonial, ni el consabido resabio antiestadounidense, ni el uso del Martí sesgado, ni la oposicionista arenga demagógica contra los recortes que impone en España la realidad heredada de la irresponsabilidad del gobierno precedente (socialista). Ni faltó tampoco el irrespeto flagrante, al calificar de represión las acciones de las fuerzas del orden contra los violentos antisistema.
Remarcó la debilidad del Euro y pronosticó un futuro incierto para la Unión Europea. Como colofón del papel de "rompegrupo" dijo que el principal proyecto en que se encontraba Cuba era la CELAC y que había demasiadas cumbres regionales y que no eran necesarias la cumbres Iberoamericanas con su frecuencia actual. Yo no sé. Creía que la diplomacia era para tender puentes y construir...lo que se pueda. Pero ahora en nuestra América hay una piñita de países que practican la diplomacia de ahondar abismos y edificar muros ideológicos. Lo hemos visto en la OEA y ahora en el ámbito de Iberoamérica. Lo siento por ellos. Esta humanidad se ha globalizado y eso nadie lo va a echar para atrás. Los rompegrupos, por mucho presente que conserven, no tienen futuro.
Empezó con la versión fidelista-oficial de la historia de Cuba. Para atravesarse en la oportunidad y el lugar -como el curro del cuento- enfatizó la influencia que tuvieron la revolución de Norteamérica, Haití y Francia en el espíritu republicano de nuestra isla por encima de la constitución de Cádiz, de la que se conmemoraba el bicentenario, para su mejor desmerecimiento. No faltó ni el reproche al pasado colonial, ni el consabido resabio antiestadounidense, ni el uso del Martí sesgado, ni la oposicionista arenga demagógica contra los recortes que impone en España la realidad heredada de la irresponsabilidad del gobierno precedente (socialista). Ni faltó tampoco el irrespeto flagrante, al calificar de represión las acciones de las fuerzas del orden contra los violentos antisistema.
Remarcó la debilidad del Euro y pronosticó un futuro incierto para la Unión Europea. Como colofón del papel de "rompegrupo" dijo que el principal proyecto en que se encontraba Cuba era la CELAC y que había demasiadas cumbres regionales y que no eran necesarias la cumbres Iberoamericanas con su frecuencia actual. Yo no sé. Creía que la diplomacia era para tender puentes y construir...lo que se pueda. Pero ahora en nuestra América hay una piñita de países que practican la diplomacia de ahondar abismos y edificar muros ideológicos. Lo hemos visto en la OEA y ahora en el ámbito de Iberoamérica. Lo siento por ellos. Esta humanidad se ha globalizado y eso nadie lo va a echar para atrás. Los rompegrupos, por mucho presente que conserven, no tienen futuro.
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