Emilio Estefan convocó a más de medio centenar de artistas para realizar un vídeo con una versión en español del "We are the world" que dirigió y co-produjo Quince Jones en 1985 con fines de caridad para los pueblos de África. La letra de la celéberrima canción del inmenso Michael Jackson y de Lionel Richie fue llevada al castellano por Gloria Estefan, además de cantante de éxito, autora de cuentos infantiles. En esta ocasión la acción caritativa está destinada a ayudar en la reconstrucción de Haití, devastado por el terremoto de enero pasado.
La oportunidad y motivación son inobjetables. El poder de convocatoria del productor cubanoamericano es admirable. La letra encaja en la melodía y resultó apropiada para reflejar el espíritu de la original en inglés.
Bajar el vídeo por $10 es una manera expedita de contribuir con el pueblo de Haití, tan necesitado. Dicho esto, ahora podemos -como decimos en cubano- cortar leva.
En el primer verso que interpretan Juanes, Ricky Martin y Feliciano -el grande- el momento de Vicente Fernández desentona (aunque entone en un grito: deber). Inexplicablemente Shakira engola la voz en el tercer verso de manera desagradable, quizás su parte fue mal elegida. Como Thalía no es santa de mi devoción, me callo. El resto cumple su papel hasta que el verso final termina con dos voces potentísimas: Olga Tañón y Natalia Jimenez, esta última la más destacada de todo el elenco. En los "bis" bien extensos, la chica dorada (Paulina rubio) sobresale con su atinada intervención y sus movimientos que recuerdan a los de Cindy Lauper en el clásico del 85. Los demás bien y muy de agradecer de todos la generosidad que tuvieron en participar y trasladarse al sitio de grabación por sus propios medios. La lista es extensa y se pueden ver en el vídeo. Poco antes de entrar al minuto 5 irrumpe estridente, con sus maneras, sus rimas chocantes y redundantes, petulantes, aberrantes, degradantes, y en fin agobiantes ese inefable reguetón, y ya no vale la pena seguir viendo el vídeo. La única explicación posible es que Emilio subordinó la calidad a compromisos comerciales o de amistad. Una razón más noble fuera que no quería desdecir la sentencia popular de que "segundas partes nunca fueron buenas". Juzguen ustedes mismos. No obstante, por Haití y la buena vibra de todos los que intervinieron ya yo bajé el vídeo por poner mi granito de arena.
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