La Psiquiatría ha malvivido primero en las tinieblas de la superchería y hasta ahora a la sombra de la Psicología. Antes se achacaba a la posesión por demonios la conducta de los locos. Ahora la ciencia médica relacionada con las enfermedades mentales descansa fundamentalmente en descripciones conductuales. La base misma de toda la psiquiatría radica en la identificación y clasificación de esas patologías y ello se realiza casi exclusivamente en dependencia del comportamiento de los pacientes.
Afortunadamente, el progreso en los métodos de investigación está revelando los cambios biológicos que operan en las enfermedades psiquiátricas. Las imagenes de tomografía por emisión de positrones y las de resonancia magnética, se pueden combinar con estímulos, a través de métodos no invasivos, dirigidos a grupos de neuronas bien circunscritos . Las imágenes permiten percibir el grado de actividad y asociarlo a determinadas características funcionales.
En la depresión mayor se ha identificado un área cerebral con hiperactividad que coincidentemente disminuye bajo todos los tratamientos efectivos que se emplean actualmente. En cuanto al desorden obsesivo-compulsivo hallazgos reportan actividad anormal en la corteza orbito-frontal, la cual tiene que ver con la toma de decisiones y también en el tálamo y núcleos involucrados en la integración de información sensorial. Por otra parte, en el desorden de estrés postraumático las imágenes han revelado anormalidades en la actividad de la zona ventro-medial de la corteza prefrontal que sería la que debería hacer cesar la respuesta de alarma y miedo que se desencadena tras la situación extrema. En el caso del autismo se ha sabido que la anormalidad reside en las conexiones entre neuronas, muchas veces asociadas a fallos genéticos.
Cuando las enfermedades “mentales” sean definidas, diagnosticadas y tratadas con base en los procesos físicos y fisiológicos alterados que las producen, la psiquiatría se situará por fin a la altura de las demás ramas de la medicina. Perderá vigencia las tantas veces repetida ocurrencia que refiere: los cirujanos no saben pero resuelven; los internistas no resuelven pero saben; y los psiquiatras ni saben ni resuelven.
2 comentarios:
Caballero, yo fui bipolar, y déjeme decirle que está errado, la manifestación de muchos bipolares obedecen a ataques demoniacos. Yo soy licenciado en letras y profesor universitario, y Dios me curó.
Enhorabuena, zairo, si Dios lo curó. La fe mueve montañas. No seré yo quien le contradiga. Yo, en cambio, soy de ciencias y no creo en demonios.
Gracis por leer y comentar.
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