Involución previsible de las futuras generaciones si extrapolamos los efectos ya observables de Internet en las capacidades cognoscitivas de los seres humanos.
La invención del alemán Johannes Gutenberg alrededor de 1439, la imprenta con tipos movibles, facilitó que los libros se convirtieran en fenómeno de masas. El libro ha sido la herramienta que permitió la materialización del conocimiento y su libre intercambio. El Renaci- miento, el Iluminismo y la única revolución cons- tructiva, la Revolución Científica fueron posibles gracias a la existencia de los libros.
A fines del siglo pasado se desarrolló internet y ahora en esta segunda década del siglo XXI las computadoras, los teléfonos inteligentes, las tabletas, laptops y demás artilugios de entrada al mundo virtual de la red de redes forman una intrincada maraña que rodea a las nuevas generaciones, y amenaza con atraparlas sin salida.
Hoy en día los chicos hacen sus tareas con varias páginas de chat abiertas en el computador, mientras responden mensajes de texto en sus Blackberries o Iphones y ven la tele. Esa aparente habilidad multimedia encubre una inquietante deficiencia en la atención e incapacidad de hacer prolongados esfuerzos de concentración. Como ha dicho Vargas Llosa, nuestros jóvenes han sido condicionados para contentarse con ese mariposeo cognitivo a que los acostumbra la red.
Nuestros muchachos, como regla, son incapaces de leerse el Quijote o Los Miserables, y lo que es peor, "La Revolución de lo muy pequeño" de Max Plan o "Una breve historia del tiempo" de Stephen Hawking.
Todavía en la actualidad están vivos hombres y mujeres formados en la época del pensamiento profundo y la continuidad del progreso humano permanece en su plenitud. Dentro de unos cuarenta o cincuenta años, por el contrario, la humanidad estará compuesta mayoritariamente por adictos al mariposeo virtual ¿Serán nuestros descendientes minusválidos virtuales? ¿Podrá la humanidad sobrevivir a expensas de ordenadores y dispositivos en una interconexión universal carente de verdaderos creadores? Chi lo sa. Who knows. Quién sabe.
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