lunes, 10 de junio de 2013

La Transición sí es Posible en Cuba, si....

¿Qué le falta a Cuba para que  la transición potencial se convierta en real?

“All life is problem solving”    ―   Karl Popper   ― (La vida entera es resolver problemas)

La pregunta que he puesto como encabezado sintetiza el problema fundamental de la ciencia social aplicada a la cuestión de la Cuba actual.
La transición en la isla es una realidad potencial, reconocida especialmente desde que Fidel Castro admitiera que "el modelo cubano no funciona incluso para nosotros". La quiere la oposición al gobierno y este la necesita. La comunidad internacional quisiera ver al país isleño integrado de manera normal al comercio y la globalización. La ONU aprueba anualmente resoluciones condenando las sanciones económicas que aplica Estados Unidos, y la OEA ha invitado al régimen a iniciar su reincorporación en la mesa de negociaciones.   Entonces, ¿Por qué no se adelantan pasos efectivos en la persecución de un fin que todas las partes desean? 
Cabe considerar las transiciones habidas en la historia contemporánea para investigar los factores que impiden que Cuba avance significativamente en ese camino. Tres podrían ser suficientes: España, Sudáfrica y Chile. 
En España el proceso progresó con la participación activa de líderes de todas las partes involucradas. Bajo la supervisión del rey Juan Carlos, designado depositario por Franco  del legado de poder y fidelidad de los militares, se realizó la instauración de una democracia verdadera  con un presidente de gobierno, Adolfo Suárez,  que había sido Ministro Secretario General del partido único de Franco. Además se contó con las participaciones constructivas de otros ministros de Franco (Manuel Fraga) y líderes de todo el espectro político, incluido el Partido Comunista de España.
El 27 de abril de 1994 fueron las elecciones en Sudáfrica que dieron la victoria al Congreso Nacional Africano, convirtiendo en Presidente a Nelson Mandela, al frente de un gobierno de unidad nacional en el que participó también el Partido Nacional del  ex primer ministro Frederick de Klerk, y el partido Zulú Inkatha, de Mangosuthu Buthelezi.
Chile representa la transición en nuestra apasionada región latinoamericana. Patricio Aylwin, el primer presidente de la democracia tras el gobierno militar del General Pinochet, ganó en elecciones a las que aspiró y obtuvo el segundo lugar Hernán Bűchi, ex ministro de Pinochet y todo bajo la jefatura del ejército del propio Pinochet.
Décadas después, la democracia permanece cada vez más sólida  y fortalecida en los tres países, a pesar y gracias a las concesiones recíprocas entre las partes que fueron beligerantes. 
En Cuba el gobierno, algunos sectores de la oposición interna con menor peso y otros en el exterior con mayor influencia política y económica mantienen un clima de confrontación total e irreconciliable. Esto aleja la posibilidad de un proceso de confianza mutua con participación múltiple y diversa, sin temores de ningún lado a exclusiones y "castigos" emponzoñados, que sería la única transición viable de modo consensuado. ¿Será verdad que los cubanos estamos condenados a no llegar o pasarnos?

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