lunes, 3 de junio de 2013

"No"

No me gustó demasiado "No" (la película)

La película chilena "No" recibió el premio de una sección del Festival de Cannes del 2012 y consiguió la nominación entre los cinco filmes que optaron este año 2013 al Óscar a las cintas en idioma extranjero. La vi el sábado. Se ocupa del plebiscito que permitió la transición a la democracia en Chile en 1988. Los chilenos debían votar sí o no a la prolongación por 8 años más de Pinochet en el poder.
La trama solo tiene que ver con la publicidad de la campaña. La ley le concedía a la oposición 15 minutos diarios de televisión durante menos de un mes y la película se concentra en los avatares del equipo de producción de los vídeos preparados para las emisiones por televisión. Presenta además una amplia gama de fragmentos de esos vídeos. 
Si me guío por esta película, diría que el habla de los chilenos es la más ininteligible  entre los hispanoparlantes, al menos para el oído cubano. No entendí alrededor del 50% de los diálogos por la mala dicción de los actores.  En cambio tiene segmentos en que se escucha a los locutores de los avisos propagandísticos  perfectamente entendibles sin perder el acento chileno. Si me quedé fuera de la mitad de las conversaciones, se comprende por qué no me gustó la exitosa cinta.
Tampoco comparto la tesis central de esta producción, que aunque  de forma implícita,  da a entender que el resultado en las eleccones de las democracias   representativas hoy en día, depende principalmente del talento de los directores publicitarios de las campañas políticas de los partidos. Aunque algo tiene de verdad,  esta tesis no solo degrada al sistema democrático y subestima la capacidad crítica de la opinión pública, sino que no se ajusta a la realidad. Es un hecho  histórico que, por ejemplo, la victoria de Rodriguez Zapatero en la España de 2004 se debió al atentado terrorista del 11 de marzo en los trenes de cercanías de Madrid. Se trata de un antecedente muy ilustrativo de que la inteligencia de campaña no es el determinante principal del éxito en una elección al margen del acontecer de la realidad cotidiana. 
Volviendo al "No" del director Pablo Larraín, en mi opinión vale la pena verla, aunque la mala dicción de los actores es un lastre significativo. Seguramente en Francia fue visionada con subtítulos, lo cual explicaría el premio en Cannes.    
Avance de la película "No".

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