jueves, 5 de noviembre de 2009

El blog: un Habla-solo que salta del villorio al cíberespacio


…porque había sanos de espíritu que se pasaban a locos o a poetas y empezaban a hablar solos, perdidos ya para la sociedad de la gente normal. Un hilo muy fino es la frontera, y se desgasta, se rompe…y ya es otro mundo.
Me refiero a que también estas crónicas son “decires” de un Habla-solo. Que esta continuada comunicación tiene algo de insensato porque es una voz ciega lanzada a un espacio y a un tiempo inmensos donde otras voces monologan y todo queda sofocado por el silencio espeso y blando que nos rodea y que hace de cada uno de nosotros una isla de angustia.

José Saramago


Salvando la distancia insalvable que separa a los mortales comunes de uno distinguido con un premio Nobel, la existencia de muchos de los blogs que hay en la red obedece a ese archipiélago inmenso de angustias divididas, que menciona en una de sus crónicas el célebre escritor portugués.
La angustia existencial fue tratada in extenso por el filósofo francés Jean Paul Sartre en su libro “El Ser y la Nada”. Los psicólogos han hecho un botín de esta categoría, columna vertebral de la filosofía existencialista. Es tema con tratamiento abundante de fácil acceso en la red y del que no es necesario profundizar aquí.

Solo he querido plasmar la cercanía que sentí al leer la crónica “El habla-solo”, del libro El equipaje del Viajero, de José Saramago y cómo entonces entendí con claridad el sustrato espiritual de la propagación del fenómeno de los blogs. Al menos el de aquellos que no persiguen un objetivo definido, ya sea político, económico, filantrópico o de cualquier otro orden.
Estos blogs sin propósito se asemejan a ese personaje callejero de cualquier pueblo pequeño de este mundo, que deambulaba por las calles hablando solo y al cual casi todos conocimos en la infancia. En nuestra pueril inocencia de entonces lo seguíamos un rato con cierta admiración e intriga.

Cada entrada de Cuba Diversa es solo eso, el soliloquio en la red de un vagabundo cibernético. En ti, cibernauta que has leído hasta aquí, quisiera ver esa alma de niño que se asoma curioso para ver a este vagabundo habla-solo con la esperanza de que quizá, en algún momento te sientas estimulado a lanzarle una piedra, una fruta, una flor, o un grito, envueltos en un comentario.

No hay comentarios: