lunes, 4 de febrero de 2013

La Guerra de las Ideologías contra la Ciencia

CIENCIA E IDEOLOGÍA
Somera revisión de la guerra en contra de la ciencia que libran las ideologías contemporáneas.

La hoguera donde ardió Giordano Bruno y la retractación pública y vergonzosa de Galileo Galilei hacen las veces de históricos testigos de cargo en la justa condena a la religión,  como enemiga probada de las ciencias. En los últimos siglos la humanidad mira por encima del hombro a sus congéneres de aquellos tiempos  de oscuridad y opresión cognitiva que caracterizaron la edad media y que perduraron todavía, en los dos episodios citados arriba, durante la edad moderna.

Ah, pero he aquí que hoy en día, cuando nos adentramos en el siglo XXI, y podemos hacer maravillas gracias a las ciencias, estas todavía ven frenado su desarrollo por las ideologías predominantes. Así los conservadores y los progresistas contemporáneos agitan consignas para impedir el avance tecnológico y científico en diversos campos donde es acuciante la necesidad de progresar con determinación. Tanto en Europa como en América Latina y Estados Unidos y Canadá, las ideologías dominantes se atrincheran en dos bandos que, con diferentes denominaciones en cada país o región, comparten características similares en sus alineaciones. Populares y Socialistas en España, Laboristas y Conservadores en Inglaterra, el PAN y el PRD en México,  representan las dos caras de la moneda en la ideología política occidental. Veamos el asunto de la ideología oponiéndose al progreso científico,  en la imagen de los dos partidos determinantes en los Estados Unidos: el Republicano y el Demócrata. 

En el campo de la educación,  una batalla reciente que todavía no ha terminado se libra en torno a la teoría de la evolución y la exigencia de que se instruya en las escuelas paralelamente el creacionismo y el denominado "diseño inteligente". Una encuesta de Gallup  en el año 2012 reveló que el 58% de los republicanos aducen que Dios creo los humanos tal como somos hoy hace no más de 10 000 años. Pero cuidado,  porque 41% de demócratas pensaban lo mismo.  De modo que en este asunto los militantes de ambos partidos no están muy distantes.

Existen sectores en los cuales las fronteras que cubren los "comandos operativos" republicanos y demócratas en la guerra en contra de la ciencia están mejor delimitados. La mayoría de los conservadores, en su moral,  le conceden a embriones en estadios muy tempranos un nivel  muy por encima que el de adultos que sufren de enfermedades mortales y potencialmente curables por medio de las células madre. Así mismo son mayoría abrumadora entre los republicanos quienes niegan tozudamente el calentamiento global y la necesidad de implementar medidas para atajarlo a tiempo. 

Los sectores en que se destacan las "tropas anti ciencia" demócratas son diferentes. Un frente importantísimo es el de la energía. Los progre están contra la energía nuclear por la cuestión de los desechos, en contra de los combustibles del petróleo y carbón debido al calentamiento global, contra la energía de las hidroeléctricas por el daño al eco sistema de las desviaciones de los ríos, y se oponen a la energía eólica por culpa de que producen muertes en las aves.   La izquierda hace de la preservación del medio ambiente un asunto de culto fervoroso y tratan de obstaculizar hasta las modificaciones genéticas que han traído consigo  el desarrollo agropecuario que ha permitido alimentar, mal que bien,   una población mundial de 7 mil millones de habitantes. 

Es necesario que la moderación se imponga en el seno de las ideologías,  en defensa de la ciencia donde los hechos son más importantes que la fe,  y donde la virtud primera es la búsqueda de la verdad. En definitiva ya se dijo en el evangelio de San Juan:  "conoceréis la verdad y la verdad os hará libres."

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