lunes, 28 de octubre de 2013

¿Podremos vivir por siempre?

Lo que dicen los científicos  acerca de la longevidad y  el envejecimiento.

Justamente 100 años atrás la expectativa de vida era 25 años menor que ahora y todavía continúa extendiéndose. En los países más ricos se expande cada día 5 horas o más, y en muchas naciones en desarrollo ocurre aun más rápido. 
Nadie vislumbró esta continua prolongación en la duración de la vida. Los científicos no "digieren" todavía que el envejecimiento no es cosa fija y que la duración de la vida no ha llegado a su límite. Entonces ¿Qué sabemos hoy del envejecimiento? 
Las células de nuestro organismo están siendo agredidas constantemente. El ADN experimenta mutaciones, las proteínas se dañan, los radicales libres, que son moléculas muy reactivas, lesionan las membranas y la lista es interminable. Siendo así, es asombroso que para algunos organismos multicelulares pareciera no existir el envejecimiento. La hidra de agua dulce, por ejemplo. No solo no envejece sino que es capaz de regenerarse a partir de un fragmento mínimo si es cortada en pedacitos. Parece que en su cuerpo las células germinales (nuestros espermatozoides y óvulos) están regadas por doquier. Estas células poseen una virtual inmortalidad ya que se pueden perpetuar indefinidamente a través de nuestros descendientes.

Una forma probada de conseguir longevidad en animales simples y hasta en ratones es la restricción en la ingesta calórica. Ello no es tan seguro en humanos. La ciencia confía en alcanzar el modo de retardar el envejecimiento mediante drogas que enlentezcan  los procesos ordinarios que dañan las células o que reduzcan los daños colaterales que genera el metabolismo normal. 

Dicho todo lo anterior, no nos engañemos, lo que está garantizado más tarde o más temprano es la muerte y aunque todos preferimos evitar estar pensando en el fin de la vida, la verdad es que sería saludable considerar las cuestión, por lo menos alguna vez, para ventilar nuestros asuntos de legado y el manejo de asistencia médica, y en el orden colectivo  para definir las metas de la sociedad en medicina, investigación y  ética alrededor del final de la vida.

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