Cinco entradas, seis con esta y apenas tres comentarios. Verdad que no se conoce lo que no se anuncia, pero algunos emails mandados y la url suelta por ahí en un par de sitios deben haber producido una o dos decenas de visitas en estos diez días. Se parece este blog a un hotel malo o a un país entero con pésima atención al turista, que quien lo visita una vez no vuelve más.
¿Qué será, será? ¿Qué será lo que espanta? Se me hace que es la columna de la derecha con sus pretenciosas parrafadas, ampulosas para una simple presentación.
Dios no ha querido darme el feed back, la retroalimentación indispensable de los comentarios. Este blog recién nacido huele a fracaso. Si le hago caso a Winston Churchill estoy más cerca del éxito que lo que nunca en mi vida he estado.
El astuto estadista británico dijo: El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.
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