lunes, 14 de junio de 2010

Así Va el Mundo (II)

En la entrada anterior se presenta el programa Gapminder del biólogo sueco Hans Rosling y aparecen tres gráficas con la sola intención de ilustrar el ámbito y las particularidades del software. Sin embargo, en esta segunda parte intento usar los datos contenidos en ellas para comparar dos períodos en Cuba correspondientes a la república (capitalismo sub desarrollado) y a la revolución (socialismo fidelista). He recurrido al Gapminder de mi escritorio para poder extraer las cifras con mayor precisión.
En 1902 el ingreso per cápita fue en Costa Rica de $1775 y en Cuba de $3399. En la isla, durante la república se incrementó a $5233, un 154%. Costa Rica que partía de una cifra inferior subió un 182%, a $3229. ¿Qué ha sucedido de 1959 a 2007? En 2007, que es el año más reciente incluido en el programa, el ingreso per cápita de la mayor de las Antillas llegó a $8895 y en el país centroamericano a $9859. En conclusión, mientras Costa Rica incrementaba el promedio de ingreso individual del 59 al 2007 en $6630, la isla lo hacía en poco más de la mitad, $3662. En cuanto a la expectativa de vida eran similares: 79 y 78 Costa Rica y Cuba respectivamente.

La comparación es presuntamente objetiva porque se basa en datos aceptados por organismos internacionales y el programa es de un sueco. No olvidar que “hacerse el sueco” es no querer tomar partido. En honor a la verdad los dos parámetros no dicen mucho en cuanto a comparar los dos sistemas políticos de los países escogidos. La expectativa de vida es un renglón en que la humanidad ha progresado universalmente y el ingreso per cápita, aparte de que empareja aritméticamente las trágicas desigualdades de la realidad, es además fácilmente manipulable por las entidades que manejan y suministran los datos nacionalmente.

Últimamente se han confeccionado distintas escalas y mapas que pretenden ubicar a los países por supuestos “índices de felicidad”. Se pueden encontrar resultados para todos los gustos, lo que demuestra que es difícil medir científicamente una de las variables más subjetivas que pueden existir: la felicidad.

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