viernes, 1 de octubre de 2010

Free Cinema Inglés

Hace 8 días de la más reciente entrada. Es fatal para un blog dejar pasar una semana sin nada nuevo. Pero hoy no hay algo sobre lo que quiera escribir. Ni hablar. La culpa es de un cardiólogo ahí que tiene una idea muy contraria a lo que aprendí sobre la relación médico-paciente. Mi capacidad física se ha deteriorado inexplicablemente en los últimos dos meses. Todavía en julio pasado me fui a la playa y nadé en mar agitado y caminaba mi par de millas en 40 minutos. Ahora me canso y se me corta el aliento con cuadra y pico. En mi consulta habitual me hallaron un poco de líquido en la base de los pulmones y me mandaron un diurético. Mejoré la falta de aire y me dispuse de buen grado a recuperar poco a poco mi forma anterior con caminatas cortas a aumentar gradualmente. Pero en mala hora mi doctora habitual me quiso ayudar refiriéndome a una clínica de insuficiencia cardiaca donde me verían –supuestamente- con más frecuencia y detenimiento.

Ahí fue que la mula tumbó a Genaro. Un galeno calvo, distante, aburrido y demasiado viejo y sabio para mi gusto, dándome la espalda y hablando con la asistente o enfermera practicante pero al mismo tiempo conmigo, sin más me espetó que no creía que mi corazón pudiera hacerlo mejor a esta altura del partido y que fuera pensando en un trasplante. Me desahució “sabiamente”. No niego que consiguió desanimarme bastante. Y he aquí que no encuentro tema que me motive a hacer una entrada, aunque no me resigno a que las telarañas invadan CubaDiversa.

Frente a esta ausencia de tema para el blog y la necesidad de mantenerlo debido a esa disciplina autoimpuesta de no dejar tarea a medias, me ha venido a la mente una frase que es en verdad título de un filme clásico del free cinema inglés. Ante la pantalla vacía que me exige continuar dándole vida al blog, entrada tras entrada, sucesión que ahora me parece prolongada y extenuante, como si se tratara de un atleta de carreras largas, hago estas líneas pensando en la soledad del corredor de fondo.

2 comentarios:

Gloria dijo...

Querido Andrés, no me sorprende lo que nos cuentas sobre tu cardiólogo. Tengo un sobrino que vive en Dallas, hace unos pocos años tuvo un gravísimo accidente de trabajo que lo metió un mes en coma. Resumiendo esta historia a lo que viene al caso, mi pobre pariente perdió un buen pedazo de lóbulo frontal y ya sabes, trastornos de personalidad. Lo mandan con un psiquiatra viejo y sabio como tu cardiólogo que en cada consulta se quedaba dormido y la esposa de mi sobrino tenía que despertarlo constantemente.
Tu corazón ha aguantado lo inaguantable, está hecho de un raro material irrompible por lo que no dudo que aguante muchísimo más. Regresa con tu doctora anterior, dale un voto de confianza a tu corazón y sobre todo NO TE DEPRIMAS, porque eso sí dañará tu corazón.
A cuantos corazones ha despedido tu, supuestamente grave, corazón?

alicia Vazquez dijo...

Distinguido professor. Podria encontrarse por ahi un cientifico que no se haya dejado desanimar por un mal llamado Galeno que olvido el juramento HIpocratico que hiciera un dia? Y responda cal es la causa de mi telepatia.
Yo senti una angustia muy grande en lo mas profundo de mi seer no me podia dormer y decide chequear Cuba Diversa y cual no fue mi sorpresa al leer lo q acababa de escribir? No le puedo negar q mis lagrimas brotaron sin poderme calmar.La notice q ababan de darle en otro cerebro no hubiera sido letal el ignorante sufre menos pues su imagination no puede medir .yo me atrevo a decir que las neuronas de ese Dr.se han atrofiado con un signo de dollar... Que pena tan grande! He comentado varias veces y no pasa. Si mi corazon lo necessity se lo dono, lo triste del caso es q lo usaran pa otro q page muchos millones y nuestros cuerpos feneceran. La mafia Blanca lo contola todo. Ud sabe q la opinion de ese cardiologo no debe seer definitiva.salud y buena suerte! Hasta pronto.