jueves, 9 de febrero de 2012

Nadie Está por Encima de la Ley

Acerca de la sentencia por prevaricación contra el juez español Baltasar Garzón
El español, Baltasar Garzón, juez  insignia de la izquierda de su país e internacional,  y batallador incansable de las causas preferidas por la galería ha sido condenado a a 11 años de inhabilitación. 
 Se trata de una figura controvertida en el ámbito de la justicia, por su excesiva proclividad al exhibicionismo mediá- tico,  considerado por muchos una especie de divo de la magistratura. No en balde en España, personeros sindicales, comunistas, líderes del Partido Socialista Obrero Español, y artistas e intelectuales de estilos y niveles de vida de gran burguesía pero con mentes zurdas han roto lanzas en defensa del juez, al margen de los pormenores de las imputaciones y los pulcros procedimientos procesales seguidos por la justicia española.
En el exterior la injerencia ha ido más allá de las opiniones, propiciando movimientos de presión no disimulada sobre el sistema jurídico de la democracia española, impecable en comparación con el que rige en muchos de los países donde se han producido las críticas sin fundamento jurídico, basadas en la cabrona polaridad ideológica que asuela nuestro mundo. Dos ejemplos de estos prejuicios de barricada, con que se ha querido defender los procedimientos ilegales y prepotentes de Garzón,  han sido cometidos por el New York Times  y por  la inefable organización argentina de las Madres de  la Plaza de mayo con la bien hablada  Hebe de Bonafini a la cabeza.

                                   La "bien hablada" Heba de Bonafini
De las tres causas que le han seguido, esta condena proviene de  una de ellas, la de haber autorizado escuchas de las conversaciones entre  acusados de corrupción y nada menos que sus defensores. No hay que ser un especialista en derecho procesal para saber que violar la privacidad de lo tratado entre defensor y acusado constituye un acto inconcebible y un delito grave en el caso de un juez con la experiencia y los años de servicio del juez vedette español.
La condena a 11 años de inhabilitación, apoyada de forma unánime por la  Sala Penal del Supremo, supondrá la expulsión de Garzón de la carrera judicial. “La investigación criminal no justifica por sí misma cualquier clase de actuación, con mayor razón si implica vulneración de derechos fundamentales" se explica en la sentencia.     
A la señora Hebe de Bonini y similares que se van a rasgar las vestiduras por la justa condena  de este juez,campeón de los excesos,  yo les contestaría con la frase feliz que recuerdo de una de las preguntas de cívica e historia que tuve que pasar hace ya tiempo para adquirir la ciudadanía de Estados Unidos: La pregunta es ¿What is the rule of law? Ello significa más o menos que ¿Cuál es el principio básico del estado de derecho? Me acuerdo que en los textos para prepararse dan 4 respuestas válidas que dicen lo mismo de forma diferente. Siempre me gustó más  la última forma : “No one is above the law” “Nadie está por encima de la ley”.
La sentencia a Garzón,  en medio de la gruesa cortina protectora que le proveyó la progresía con su venda ideológica en los ojos, demuestra que ese principio básico ha primado en la sentencia del Supremo español. Habrá que estar atentos al proceso civil a que se someterá el yerno del rey próximamente.  Por de pronto su majestad el rey Juan Carlos ya remarccó en su mensaje navideño el respaldo a la justicia al sentenciar "cualquier actuación censurable debe ser sancionada, la justicia es igual para todos".  Dicho esto por el monarca,  cuando ya habían trascendido las sospechosas transacciones financieras  del esposo de la Infanta Cristina.

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