lunes, 22 de abril de 2013

Sí pero No

Accionar cantinfleado del gobierno de Venezuela tras la muerte de Chávez.   

Un lector me mandó un email en que, bromeando acerca de mi última entrada,  me decía que había aprendido a tomar cerveza. También me escribió: "Oye Chico haz una evaluación de lo de Venezuela,...". No había querido tocar el tema por lo mucho que se ha dicho en todos lados y porque no me resulta agradable regodearme en la crisis política, social y económica que ocurre en aquel país. Pero quien me lee, manda.
Ante tantas variables diferentes que inciden en la actualidad venezolana y dada la cortedad que debe tener una entrada de blog, escogí una de esas variables para centrar el análisi: El título y subtítulo intentan describirla.
El "presidente encargado", que es quien da la cara de un gobierno donde a falta del líder no sabemos bien quiénes y cómo se toman las decisiones, anunciaba que Chávez luchaba por su vida en situación difícil y al mismo tiempo les daba instrucciones de gobierno, cuando al parecer agonizaba pues poco después daba a conocer su muerte. Enseguida hablaba de embalsamar el cadáver y exponerlo como a Lenin o Ho Chi Min, pero inmediatamente recogía cordel alegando razones técnicas. La verdad es que Chávez se había pronunciado en vida en contra del manejo del cuerpo humano y además como cristiano confeso le correspondía "cristiana sepultura".
El detonante de la agudización de la crisis ha sido el proceso eleccionario. Antes, la designación del mandatario, que le correspondía al Presidente de la Asamblea, se le otorgó al vicepresidente de un nuevo mandato del difunto que nunca tomó posesión. Con ello el candidato oficial pudo hacer uso y mal uso de su condición de Presidente...encargado durante la corta campaña electoral.
Luego de los resultados oficiales dados a conocer que, comparados con los de las elecciones de octubre, menoscabaron al candidato del chavismo y engrandecieron al opositor Capriles, y ante los reclamos de una revisión de los resultados, primero Nicolás Maduro aceptó el procedimiento, al otro día el CNE (Consejo Nacional Electoral) lo rechazó de cuajo. Enseguida la presidenta del Tribunal Supremo, sin que mediara proceso alguno, se adelantó a descartar toda auditoría de votos sacralizando el sistema computarizado.
Entretanto algo pasaba en la región. El jueves al mismo tiempo que se reunían los presidentes de los países de UNASUR aparecía el Sí del CNE para aceptar la auditoría que completaba el 100% de los votos. Este sábado, sin haber comenzado la revisión del 46% de los votos, el CNE ponía el parche antes del grano,  y aparecía el No, adelantando que el resultado que proclamó ganador a Maduro era irreversible, como lo es el incremento de la entropía en el universo. Naturalmente esto convierte al chequeo que comenzaría hoy lunes en una tomadura de pelos. 
La pregunta es ¿Qué va a pasar en el supuesto de que una auditoría hecha con todas las de la ley rectifique  la sumatoria de los votos a favor del candidato opositor de aquí a un mes? ¿La irreversibilidad va a legitimar en el cargo a un presidente auditado y espurio? Sí, pero no, pero sí, pero no. En Cubano esto se llama culipandeo.

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