En la mayoría de los países de nuestra región se celebra la Fiesta Nacional coincidiendo con la fecha de autodeterminación o independencia. En el caso de “la llave del golfo”, de “la perla de las Antillas”, de mi patria Cuba, este viernes 20 de Mayo pasará -al decir criollo- debajo de la mesa. Si acaso en los medios de prensa cubanos aparecerá una versión distorsionada de la efeméride, que induzca más al reproche de una frustación que a la celebración de un éxito perseguido y batallado por décadas.
La verdad del caso es que la historia real de los acontecimientos no encajaría en lo que ha sido moda perenne de la izquierda, y pilar ideológico y de sobrevivencia del gobierno cubano del último medio siglo: el antinorteamericanismo.
Si bien el 20 de mayo de 1902 la independencia de Cuba nacía con un apéndice, la controvertida enmienda Platt, ese día se coronaba con éxito la gestación de la nación. Gestación que había durado siglos y requirió el concurso de ilustres pensadores, de celebrados artistas, de generales con gran genio militar, de mambises heroicos, de negros emancipados y valerosos y de incontables mártires. Y también (¿Por qué no decirlo?) de la solidaridad interesada pero oportuna de los Estados Unidos. Si el parto requirió de los fórceps plattistas ello no demerita o rebaja la naturaleza de la criatura republicana que veía la luz aquel día glorioso.
Hasta 1959 los cubanos tuvimos nuestra fiesta nacional con todos y para todos. El histórico reconocimiento y el homenaje a los fundadores fue respetado todavía cuando el derrocamiento del dictador Gerardo Machado en la revolución de 1933, que tuvo el mérito de extirpar el incómodo apéndice, ya a esa altura completamente innecesario, y adoptar una constitución en 1940 que fue modelo para su época.
Con la huída del general golpista Fulgencio Batista la madrugada del 1 de enero de 1959 devino una revolución, que independientemente de sus justos presupuestos, sus resultados contraproducentes o sus discutidos logros parciales, fue y ha seguido siendo en exceso excluyente. Así se renegó de todo el pasado republicano, igual que si condenáramos a un hijo al llegar a la mayoría de edad por las enfermedades y las caídas de su infancia junto con los disparates e inconveniencias de su adolescencia. Las leyes y la historia oficial se ocuparon entonces de denostar la fecha y rebajar su significado para sustituirla por eventos ligados al proceso del derrocamiento de la tiranía batistiana, especialmente aquellos más cercanos a la facción que se apropió de la victoria, tales como los fechados el 26 de julio y el 1 de enero. * * * * *
Por eso este año nuevamente, al cumplirse el 109 aniversario de aquella fecha cúspide de nuestra historia, que marcó el nacimiento de la nación, si Cuba -esa abstracción- tuviera conciencia humana estaría sumida en dolorosa introspección. En el archipiélago cubano la inmensa mayoría de la población activa, nacidos en la década del 50 y después, que han sido escolarizados en una doctrina maniquea, unilateral y de una interesada parcialidad que llega a la distorsión, permanecerá indiferente e ignorante respecto de la efeméride. En Miami, la segunda ciudad de los cubanos donde más se ha concentrado la extensa y variopinta diáspora cubana, que además se extiende por casi todo el resto del mundo, se exaltará la fecha bajo la batuta de políticos capaces de usar la conmemoración para el auto bombo y tal vez distorsionándola en sentido contrario.
Los costosos errores que en el ámbito de la cultura historiográfica nos han traído a esta deplorable devaluación de los símbolos fundacionales más caros y de los hechos más enriquecedores de nuestro desarrollo como nación, a esta altura del partido esos errores son aceptados por todo el mundo, tanto como los dislates en la economía, la agricultura, la industria, el comercio, y en el estilo burocrático de la administración, deficiencias puestas de moda y traídas a la luz pública por el General Raúl Castro y los famosos “lineamientos”, especie de bálsamo de Fierabrás capaz de curar todas las dolencia del cuerpo social.
Pero ese linimento (perdón lineamientos) no existe para criticar, ponderar y rectificar las incomprensiones, e interpretaciones dogmáticas de los acontecimientos históricos.No hay palabras para denunciar y combatir la corrupción espiritual de arrimar siempre la brasa de la Historia a su sartén, la sartén de la élite de poder. Verdadero coto cerrado a todo lo que no les sea absolutamente incondicional.
Restituirle a los cubanos la gloria del 20 de mayo es tarea primordial para una intelectualidad que no se abochorne de sus errores y excesos ideológicos del pasado por la adhesión a las mieles de migajas de poder, ni otra que se amilane por su escape acomodaticio a las ventajas del distanciamiento, en una palabra que no se acobarden. Se debería comenzar por encuentros académicos entre verdaderas autoridades en la materia, de dentro y fuera de la isla. Una sola intelectualidad que prepare las condiciones para que los que cortan el bacalao en la isla nos devuelvan la efeméride del 20 de mayo de 1902 ¡¡sin pena y con gloria!!
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Update: Hoy 20 de Mayo el dirio oficial del partido gobernante en Cuba y el de mayor tirada ignora olímpicamente la conmemoración patria y para rematar en su página 5, bajo el título "La Fortuna de la Casualidad", aparece un artículo que rememora el 12 de octubre de 1492.
4 comentarios:
" Patria es algo más que opresión,algo más que pedazos de terreno sin libertad y sin vida, algo más que derecho de poseciòn a la fuerza" José Martí .
"Prefiero ser yo extranjero en otras patrias, a serlo en la mia" José Martí.
Patria es donde a uno lo han tratado como persona y no se la negado ningun derecho humano.
Patria para mi este gran pais que me dio la oportunidad de lograr sueños o por lo menos buscarlos.Ese ha sido mi lema desde que llegue a esta gran nacion,que no es perfecta,pero es la menos imperfecta que existe.Por muchos foros estan mis reclamos personales de que:"patria es donde yo me he sentido bien"
La "Patria" además de concederle identidad a la persona y la sensación de pertenencia necesarias para el equilibrio emocional es, lamentablemente una herramienta de manipulación de las personas.
Cuba me dio identidad y sentido de pertenencia a un grupo humano. México me ha dado otras oportunidades y satisfacciones, aún con sus enormes defectos, pero no es mi patria, aunque sea legalmente mexicana, porque no me ha proporcionado ni identidad ni siento que pertenezco a este lugar, aunque aquí vivo, trabajo, he hecho nuevos amigos y tengo 3 nietos medio cubanos y medio mexicanos.
En Cuba me siento extranjera cuando voy, por lo tanto ya tampoco es mi patria.
Qué soy pues una apátrida? Suena muy feo, prefiero pensar que sólo soy un ser humano que podría acomodarme en cualquier lugar del planeta.
Con el último comentario (fechado 26 de mayo ) indiscutiblemente que ya aquí estamos sin pena "y con Gloria".
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