La boda del príncipe Guillermo de Inglaterra y toda la pompa y precisión con que los británicos montaron la ceremonia, seguida al detalle por la televisión, la radio, la prensa escrita y el internet ocupó el centro de la “conciencia global” este fin de semana. Como consecuencia de ello mucha gente ha valorado el dispendioso evento dentro de la eterna contienda entre los diferentes sistemas de gobierno. Naturalmente que toda la comunidad “progre” ha renovado sus votos antimonárquicos en favor de las democracias republicanas. Los acostumbrados calificativos de clase parásita para las familias reales se han hecho presentes. Tampoco han faltado los reproches por el gasto multimillonario mientras el hambre existe en todas partes del mundo y campea por sus respetos en África y regiones de América Latina y Asia. Pero lo que más irrita a los adversarios de la monarquía es el carácter hereditario, no electivo de las designaciones reales. Sus afanes democráticos hace que se rasguen las vestiduras y, en algunos casos, hasta rabien por la permanencia de ese régimen “en este siglo XXI” – como claman, siempre abanderados enardecidos de la modernidad y el progreso.
Veamos algunos hechos y datos que contrarrestan ese enfoque pasional del dilema que, parafraseando al Hamlet de Shakespeare, planteo en el título.
Empecé por buscar un listado de países por régimen de gobierno que prevalece en cada uno de ellos. Después necesité la relación del ingreso anual per cápita por países. Saqué mis cuentas y he aquí los sorprendentes hallazgos. De los 187 países enlistados 144 aparecieron como repúblicas, 37 como monarquías constitucionales y solo 6 como monarquías absolutas para 77%, 20% y 3% respectivamente. Seguidamente separé los 50 países con mejores cifras en el ingreso per cápita y “voilá” más de la mitad de las 37 naciones monárquicas constitucionales estaban en ese grupo privilegiado, 4 de las 6 monarquías absolutas (67%) figuraban en esas 50 primeras y solamente 28 de las 144 repúblicas, para un esmirriado 19%, aparecieron en el grupo de las 50 mejor situadas.
Empecé por buscar un listado de países por régimen de gobierno que prevalece en cada uno de ellos. Después necesité la relación del ingreso anual per cápita por países. Saqué mis cuentas y he aquí los sorprendentes hallazgos. De los 187 países enlistados 144 aparecieron como repúblicas, 37 como monarquías constitucionales y solo 6 como monarquías absolutas para 77%, 20% y 3% respectivamente. Seguidamente separé los 50 países con mejores cifras en el ingreso per cápita y “voilá” más de la mitad de las 37 naciones monárquicas constitucionales estaban en ese grupo privilegiado, 4 de las 6 monarquías absolutas (67%) figuraban en esas 50 primeras y solamente 28 de las 144 repúblicas, para un esmirriado 19%, aparecieron en el grupo de las 50 mejor situadas.
Sobre las objeciones a la plata gastada en la ceremonia, la realidad es que el gasto se calcula entre 40 y 50 millones de dólares de los cuales unos 20 corren por los contribuyentes, utilizados para la seguridad. El dato más conservador sitúa en unos 150 millones las ganancias aportadas por el turismo y el movimiento de la economía inglesa. Los cálculos más optimistas rondan los 1000 millones y la realidad debe andar por una cifra intermedia. La subida de precios y saturación de hoteles y hospedajes improvisados, el consumo de la súper población de visitantes, los suvenires y objetos relacionados con la pareja de duques son factores todos que superaron las expectativas.
Cabe señalar que en Estados Unidos las dos últimas elecciones han costado $5 millardos (5 000 millones de dólares) cada una, y en los países republicanos de Europa y América Latina, si consideramos el tamaño de sus respectivas economías la magnitud del gasto es proporcionalmente equiparable.
Por último en cuanto al carácter democrático y de libertad comparados, basta echar un vistazo a los regímenes del presente para darse cuenta de que ha quedado atrás la visión maniquea del despotismo real y la soberanía popular de las repúblicas. Describir el panorama de las monarquías constitucionales y las repúblicas de nuestro mundo exigiría la extensión de toda una entrada del blog, como mínimo. Dejaré solo mi opinión sobre un tema representado ampliamente en nuestra región. Las democracias participativas y su generosidad para imponer la obligada participación de todo el pueblo, eso sí exclusivamente para patentizar su respaldo entusiasta e incondicional a quienes ostentan el poder en esas democracias “populares”, so pena de quedar marginados de esas sociedades los que no lo hagan.
Up date La boda britáaica reportó ingresos de 46 millones de euros ($68.5 millones) a los medios españoles por publicidad en los eventos.
3 comentarios:
Hola,
En España últimamente se ha disparado de manera tremenda la antimonarquía, sobre todo porque dicen que se la debemos al dictador. Creo que en este caso concreto, se debería de hacer un plebiscito.
Pero, y ¿esas "monarquías" que duran años y años estilo Cuba y Corea del Norte. Lo que me fastidia es que muchos de los progres que claman en España por la república no digan ni mú sobre la dictadura cubana.
Lola, pienso que en España van apareciendo generaciones que no sufrieron la guerra civil ni el régimen de Franco y no valoran en su medida la hazaña extraordinaria que fue la transición. Tampoco se dan cuenta de la estabilidad que ha proporcionado la monarquia constitucional en España en los últimos 30 años porque nadie sabe el bien que tiene hasta que lo pierde. El tema da para mucho más y gracias por leer y comentar.
Estamos tan impresionados con los últimos acontecimientos : boda real, canonización de Juan Pablo ll y exterminación del terrorísta islàmico que hemos olvidado revisar leer y commentar en Cuba Diversa. No vendría mal revisar esa música que tan amablemente ha sugerido.Gracias !
Publicar un comentario