Hoy seré breve…
He dicho.…
No tanto que se le vean los sesos.
El 23 de junio de 1871 el francés Eugene Pottier escribía la letra de La Internacional. Eran los días posteriores a los de la Comuna de París, una revuelta seudocomunista que gobernó en la capital francesa durante poco más de dos meses. La musicalización de lo que fue originalmente un poema proselitista la realizó otro francés en 1888, Pierre Degeiter. Pocos años después se convirtió en el himno de los comunistas de casi todo el mundo. Desconozco si fue acogido en la China de Mao y hoy no me dispongo a averiguarlo (no estoy pa’ eso).
En Cuba, tras proclamar el carácter socialista y la alineación con los soviéticos, la cogieron con fuerza y la sonaban repetidamente al iniciar congresos, asambleas, actos culturales, graduaciones, concentraciones, marchas del pueblo combatiente y de cuanto Dios crió. Iba acompañada de un movimiento cadencioso de vaivén que los presentes en la tribuna y la audiencia debían ejecutar cogidos de las manos levantadas, yo diría simbólicamente encadenados. Después la pieza fue descendiendo en el hit parade político musical. Su caída fue estrepitosa tras el “desmerengamiento” de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). No obstante en este 2011 la entonaron en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, supuestamente el de la “actualización” y los linimentos, digo lineamientos. La señal dada con esta monótona y cansona letanía musical, más que de actualización fue de una retrogradación de 140 años, de acuerdo con la efeméride musical.
*Musical en el sentido convencional del término y como cubanismo: tomado a la ligera, "sin lucha".
3 comentarios:
Hace años, mi hija estaba aún en la escuela primaria, tuvimos que ir a un acto religioso, la escuela era regentada por Hermanas de la Caridad y de pronto dice la Sor que llevaba el cotarro: "poneros de pie y daros las manos en alto" aquello me recordó las tardes de comeduras de coco en el patio de la secundaria.
Saludos,
Lola, pues sí que me resulta curiosa la anécdota. Sobretodo por los brazos levantados, ya que por acá no es raro que en la iglesia se entrelacen las manos pero no alzadas. Si haces el cuento en la calle 8 de Miami te van a decir que la monja era una comunista infiltrada en esa escuela católica. Ah, y una confesión pública. Si los lectores supieran como me animan sus comentarios lo harían más a menudo. Gracias por el tuyo.
No me extrañaría que lo dijeran, si el señor que estaba a mi lado, el padre de una amiguita de mi hija, me dijo: ¿a cantar la internacional? pero puedo asegurar que esas monjas estaban "libres de sospecha" sin embargo unas que me dieron clases de secretariado en la época en que yo vine, no eran monjas propiamente dicho, no usaban hábito, pero ésas sí que eran medio rojillas, hasta el cura que tenían era comunista declarado, bueno terminó saliéndose de cura y ocupó sitio en la primera lista de la democracia por el partido comunista. Hay gente pá tó.
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