La Fuente en una Píldora

CINCIA Y SALUD
Nuevos hallazgos acerca del proceso de envejecimiento permiten avizorar la prolongación de la juventud.

La leyenda de la fuente de la juventud era popular en la época de los descubrimientos, por eso cuando Juan Ponce de León -conquistador de Puerto Rico- oyó a los aborígenes de la isla hablar sobre ella emprendió una expedición para encontrarla, por allá por el año 1513 y fue a dar con la península de la Florida.

Los investigadores científicos de hoy en el campo del envejecimiento le siguen los pasos a Ponce de León, solo que en lugar de hacerlo caminando por la entonces florida Florida van avanzando a saltos, de laboratorio en laboratorio.

En el 2009 se descubrió la Rapamicina, un fármaco que prolonga la vida de los ratones. Se averiguó además que lo hace inactivando a una proteína identificada como TOR. Si bien la Rapamicina no puede probarse en humanos debido a los efectos secundarios que produciría en ellos, lo más importante ha sido desvelar la acción de la proteína TOR porque demostró que es una pieza clave en el proceso de envejecimiento en los mamíferos.

A todas estas, el medicamento Metformín,  que toman millones de diabéticos en el mundo hace más de 20 años, se sabe que inhibe de cierta forma  a la proteína TOR y activa a otra enzima también relacionada con el envejecimiento. Por cierto esta otra enzima, miren que casualidad, es estimulada durante la restricción en la ingesta de calorías, procedimiento que hace mucho se sabe que alarga la extensión de la vida.  Actualmente se están llevando a cabo pruebas rigurosas para establecer  si el Metformín es capaz de prolongar la vida en roedores como lo hace la Rapamicina.   

Independientemente de esta expectativa alrededor del Metformín, lo indiscutible es que no es descabellado esperar que en el futuro se pueda conseguir modificar el gen de la proteína TOR o diseñar moléculas que modulen su actividad sin producir efectos colaterales. Una píldora equivalente a la fuente de la juventud con que soñaba Ponce de León ha dejado de pertenecer a la ciencia ficción. Otros dicen que forma parte de mi ciencia-ensoñación. Dejémosle la conclusión a Doris Day:

The future's not ours, to see