El Llamado de la Tribu

Reforma migratoria en Cuba, reacción en Miami y carácter universal del "llamado de la tribu"

El llamado de la tribu es un concepto dentro de la ideas libertarias del filósofo Karl Popper. Mario Vargas Llosa lo resume así: "En realidad, asumir la cultura de la libertad y renunciar al colectivismo no es fácil porque implica una responsabilidad, implica asumir una enorme responsabilidad, cuando uno depende enteramente de un colectivo para ser explicado, para existir, para tener una razón vital. En cierta forma resulta muy cómodo, hay ahí una oportunidad para abdicar del esfuerzo y la responsabilidad.

En cambio cuando el individuo es el protagonista, el individuo también es responsable de lo que le ocurre y hay que asumir esa responsabilidad y actuar en consecuencia. Hay muchas personas que, por cultura, por tradición, o por instinto rechazan esa responsabilidad y entonces sienten el llamado de la tribu, un llamado que está detrás de todos nosotros por igual, y sucumben a él y entonces resucitan la tribu." -Y añade el premio Nóbel-: "La resucitan a través de la visión marxista de la historia o de cualquier otra forma colectivista." Y en esa cualquier otra forma visualizo la voluntad colectivista y de nefasta unanimidad del llamado "exilio duro" de Miami. Porque el llamado de la tribu es una coyunda cuasi universal.

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En Cuba han flexibilizado los trámites migratorios,   y aparentenmente eliminado permisos arbitrarios y "cartas de invitación" para permitir la salida de los cubanos al extranjero. También han ampliado el plazo para mantener derecho a residir en suelo patrio (que en todas partes es indefinido y de por vida) de 11 meses a 24. Esto último le ha hecho poner el grito en el cielo al sector draconiano del anticastrismo en Miami y sus comprometidos en otras ciudades de Estados Unidos. Sucede que la Ley de Ajuste  (que la Habana llama ley asesina) privilegia a los cubanos a solicitar y obtener residencia al año y un día de permanecer legalmente en territorio estadounidense. A la vieja guardia que emigró a Estados Unidos y a algunos advenedizos montados al carro del "exilio histórico" les horroriza pensar que el entra y sale entre Miami y la isla se convierta en una inyección de dólares al régimen castrista. Ellos hacen abstracción absoluta de todo lo otro que implica el nexo ineludible y la apertura riesgosa,  por parte de una sociedad cuya principal fortaleza ha sido el aislamiento y el control de las relaciones y la información.

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Esos sectores ya han desatado una campaña para "compensar" la eliminación de restricciones en Cuba a la libertad de viajar,  promoviendo restricciones a la ley de Ajuste que en los Estados Unidos beneficia a sus compatriotas de origen. La iniciativa cuenta con todos los influyentes componentes del exilio intransigente: congresitas republicanos, asociaciones de ex presos políticos, medios masivos tan doctrinarios como el Granma de la Habana y decenas de otras organizaciones que conforman todas ellas  "la tribu".
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Estamos viendo a muchos sucumbir al llamado de la tribu. No les queda otro remedio que plegarse a él. Yo, por cierto, dejo claro y alto que no renuncio a la cultura de la libertad. La Habana, traígase lo que se traiga entre manos, lo que debería es aprobar mayor flexibilidad aun. La misma que impera en la mayoría de los países del mundo. Los países de acogida temporal (turística) o permanente pueden y tienen todo el derecho del mundo a restringir las visas en cantidad y calidad como mejor lo entiendan. Y los cubanos en Estados Unidos debieran ser los últimos en apoyar cualquier limitación o anulación del privilegio que les concede la Ley de Ajuste,  por lo menos antes de que Cuba de un modo u otro transite a una verdadera democracia y estado de derecho.