lunes, 21 de enero de 2013

Se Tiró con la Guagua Andando

POLÍTICA Y SOCIEDAD
El verdadero arte de la diplomacia consiste en no perder el cargo. (Sofocleto, humorista peruano)

Guillermo Cochez, que fuera embajador de Panamá en la OEA hasta la semana pasada, llevó a la última reunión de representantes permanentes en Washington la peculiar situación institucional del gobierno de Venezuela. Desde su punto de vista, denunció a la OEA como cómplice, por omisión, del relajo conque los poderes  habían tratado la Constitución del país en Venezuela. Como sabrán los lectores, y si no lo saben ya se los digo, el tira y encoge alrededor del hecho de que el presidente Hugo Chávez no pudo asumir el cargo como presidente al iniciarse un nuevo período, tal como lo prescribe la constitución bolivariana, lo zanjó el Tribunal Supremo calificando de formalidad insignificante la toma de posesión y dictaminando una continuidad de hecho para todo el ejecutivo que legalmente había finiquitado su mandato. Cochez la emprendió contra la organización y su secretario general, sugiriendo incluso la conveniencia de la discreta y gradual extinción de la OEA, si iba a continuar desconociendo sus obligaciones de defender la auténtica democracia y constitucionalidad en los países de América.

     
La réplica del embajador de Venezuela, casi enteramente en términos personales, calificó a Cochez de patán y de servidor de connotados fascistas.



Las intervenciones siguientes se desmarcaron del representante de Panamá y reiteraron su solidaridad con el gobierno de Venezuela y el respeto a los asuntos internos de los venezolanos, respeto que en el pasado para la OEA no se lo merecieron ni hondureños ni paraguayos, por citar dos ejemplos. El resto fue silencio.
Casi de inmediato se produjo la desautorización al panameño por parte de su canciller y al día siguiente el presidente Martinelli lo destituía del cargo. El embajador admitiría en CNN que había obrado contrario a las instrucciones recibidas antes de su comparecencia. 
Como decimos en Cuba, está claro que el ex embajador Cochez se tiró con la guagua andando. Por lo demás, toca a los juristas especializados en asuntos de constitucionalidad interpretar si en el caso de un presidente reelecto es imprescindible o no la toma de posesión  Lo que si está claro es que el señor Guillermo Cochez pareciera tener un alto grado de compromiso con su concepción de la democracia y que además actúa en consecuencia, pero si concordamos con la ocurrencia de Sofocleto, el panameño es la negación viva del arte de la diplomacia.

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