Paparazzi de las Ciencias

La partícula Dios y el relajo llegó a la Fisica.

Los amoríos entre la Física y la Filosofía no son nuevos. Están en sus orígenes y son incestuosos porque la primera nació de la última. Última que fue por cierto la primera, ya que de  la Filosofía fueron surgiendo a la vida por partenogénesis todas las demás ciencias.

En definitiva el “pero se mueve” de Galileo era una convicción Física y se le reprimió por las implicaciones con la teología. La filosofía de las ciencias de Popper se basó en los descubrimientos y tesis paradigmáticos  de la Física de Einstein. El Principio de incertidumbre, también nacido de un físico teórico, Weiner Heisemberg , sirvió para que otro premio Nobel  Jaques Monod escribiera “El Azar y la Necesidad” una tesis básicamente filosófica. De manera que el maridaje entre la Física y la Filosofía ha sido duradero y extenso.

Los paparazzi, que cultivan el género periodístico del chismorreo sensacionalista sobre las figuras famosas, en estos días han cogido para el trajín la Física, la Filosofía y la Teología. En sus manos se relajea hasta a Dios. Lastimosamente con la ayuda de términos pegajosos inventados por físicos contemporáneos, que como tales están corrompidos por la banalidad y el deseo de atención. Atención que se acompaña de conferencias bien cobradas,  de becas y de  fondos para investigaciones y, de paso, vivir más acomodados.  

Ahora que en un Centro de Investigaciones en Ginebra, donde está instalado un acelerador de partículas súper moderno,  aparecen indicios de lo que podrían ser evidencias factuales de la existencia del bolsón de Higgs, la prensa mundial se excita y vomita sus deformidades aprovechando el bautizo que hizo de esa entidad un premio Nobel: La partícula Dios – la llamó.

Para no entrar en detalles que no estén al alcance del lector y no están al mío tampoco, solo aclarar que el bolsón de Higgs con su nombre efectista sería el componente fundamental de un misterioso campo en el espacio, donde se engendra la masa. La masa de la que están compuestos los átomos (en parte) y todos nosotros, los demás seres vivos y la materia inanimada. Pero tampoco la existencia sería posible sin los fotones, el componente principal de la luz ni otras muchas partículas y formas de energía. De modo que hacer de esta partícula en ciernes, la clave de la Creación es solo un gran palo publicitario del Nobel Sheldon Glashow y que con ello le dio por la vena del gusto –como se dice- a los papparazi de la ciencia y al relajo en la Física.