Controversia Político-Idiomática en la Venezuela Bolivariana


Vivo en una ciudad de
Estados Unidos donde se habla más español que inglés. También se agrede
constantemente la pureza de nuestro idioma en la calle, la radio, la televisión
y hasta en la prensa escrita. La gente sigue la rima, pero hay escribidores que
lo hacen con toda intención. Son “americanófilos”. Este es un neologismo espurio
que usaban en una novela brasileña, de cuyo título no puedo acordarme, para
designar a personajes que se desvivían por la cultura, el estilo de vida y el
modo de hacer de los estadounidenses.
La lengua inglesa sin
una academia formal que regule su evolución, se mueve vertiginosamente, saturada de
expresiones y vocablos surgidos caprichosa y aceleradamente de fusiones, apócopes, contracciones y
mezcolanzas arbitrarias que tienen la virtud de mantener ese idioma ajustado a
la actualidad social y tecnológica de cada día y el defecto de constituirse en
jerga incomprensible para distintos espacios geográficos y estratos sociales sin
nadie que dicte normas que lo salven de una degeneración lenta pero aplastante.
Algunos escribidores
americanófilos tienen especial debilidad por las libertades que se gastan en el
idioma de Shakespeare. De modo que me muevo en un ambiente inundado de
transgresiones al idioma de Cervantes que me incomodan a cada rato cuando oigo la
radio, veo la televisión o leo el periódico aquí en Miami. Se puede entender
entonces que soy un acérrimo defensor de la que “limpia, fija y da esplendor”, la
Real Academia de la Lengua Española (RAE).
Ahora resulta que en
Venezuela personeros del oficialismo chavista la han emprendido contra la RAE.
Todo a raíz de un informe del académico Ignacio Bosque en contra del feminismo
a ultranza en el lenguaje. Bosque utilizó a la constitución de Venezuela como
ejemplo de este vicio lingüístico. Como
reacción se han conocido en Venezuela inflamadas declaraciones de la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia y de una
diputada oficialista que ha advertido que impugnarán el documento en el
parlamento latinoamericano¿...?
El informe del
académico Bosque iba dirigido contra unas “guías” sobre lenguaje no sexista elaboradas por regiones, sindicatos y
universidades de España. La constitución venezolana salió a relucir como
ejemplo de la degeneración idiomática a la que puede llegar la obcecación ideológica.
Como muestra de la semilla de la discordia les traigo el texto del artículo 225 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: "El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente o Presidenta de la República, el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, los Ministros o Ministras y demás funcionarios o funcionarias que determinen esta Constitución y la ley." Sin comentarios ni comentarias.
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