Un invento que convirtió a la máquina de escribir sin cinta en un práctico linotipo
Se acabó el mundo caballeros, con eso de que la deuda americana pasó de triple A a doble A+ . Así la calificó Standard & Poor’s, una de las tres compañías que lideran la consejería de inversión. Viro la cara al deprimente panorama económico y político global e “invento” una nueva serie en el blog, para refrescar. Recuerdos generales y personales de ocasión. Por eso la bautizo “Recuerdos de Ypacaraí” como la melodía del argentino Demetrio Ortiz y letra de su compatriota Zulema de Mirkin.
Se acabó el mundo caballeros, con eso de que la deuda americana pasó de triple A a doble A+ . Así la calificó Standard & Poor’s, una de las tres compañías que lideran la consejería de inversión. Viro la cara al deprimente panorama económico y político global e “invento” una nueva serie en el blog, para refrescar. Recuerdos generales y personales de ocasión. Por eso la bautizo “Recuerdos de Ypacaraí” como la melodía del argentino Demetrio Ortiz y letra de su compatriota Zulema de Mirkin.
Hace 135 años que un 8 de agosto Thomas A. Edison patentaba el mimeógrafo. Para los que no se familiarizaron con él, se trataba de una imprenta rudimentaria a base de un cilindro en el que se colocaba el esténcil. El esténcil es un papel cubierto de una delgada capa de cera que repele la tinta. Las letras y símbolos de la máquina de escribir (otro fósil tecnológico) perforaban ese material de modo que el esténcil, girando en el cilindro se entintaba y reproducía en hojas de papel lo que se había escrito o trazado en él. En escuelas, universidades y oficinas fue el medio más utilizado para tiradas de centenares y hasta miles de exámenes, folletos, cartas y modelos oficinescos, circulares, proclamas, panfletos y hasta periodiquitos de mala muerte.
Recuerdo personalmente haber “picado” muchos esténcils para exámenes o para literatura complementaria a los textos durante mi profesorado e incluso haber ayudado en el taller de impresiones con el manejo y ensamblado de las páginas en algunos momentos de corre corre. Por cierto que el embadurnado de tinta era obligado al trabajar con aquellos viejos mimeógrafos sobre usados. Los recuerdos más perdurables suelen ser los olfatorios, por eso hoy cuando quiero percibo perfectamente el típico olor que prevalecía en el local de impresiones de mi facultad.
Años después, en Costa Rica la fotocopiadora se había apoderado completamente de la impresión ligera, al extremo de que en San José no son raras las calles en las que hay más de un negocio de fotocopiar. Colegios de todos los niveles utilizaban libros “fusilados” en fotocopiadoras. Los originales estaban casi por completo confinados a las bibliotecas.
Hoy en algunas universidades cubanas, según me cuentan, el risógrafo ha desplazado a los mimeógrafos. En el Riso un "master" sustituye al stencil. El master se procesa por escaner o introduciendo en la máquina una memoria USB. Cualquier manipulación de la tinta es innecesaria y una vez hecha la reproducción, el master se destruye automáticamente por el equipo.
El 8 de agosto de 1876 Edison recibió la patente en Estados Unidos de su dispositivo que lideró la impresión ligera durante más de un siglo antes de caer en desgracia e ir a parar al rastro del olvido.
"Recuerdos de Ypacaraí" interpretado por la cantante chilena Monna Bell, cuya versión acaparó la popularidad en la Cuba de hace unos cuantos años.
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